Supongo que Galileo lo utilizó como una rabieta cuando le obligaron a retractarse de su afirmación de que la tierra giraba sobre si misma. Él dijo la última. Ya me gustaría poder decir, en algunas ocasíones, algo semejante. Lamentablemente sólo tenemos en común que el año de su nacimiento coincide con la matrícula de mi coche.
lunes, 16 de febrero de 2009
Desafío
Me plantó cara. Quiero suponer que a mi amiga Maya no le sentó muy bien el que la acosara con la G9 y contrató un sicario, o bien era su primo de Zumosol, para darme un escarmiento. Lo bien cierto es, que esta especie de abejorro atiborrado de anabolizantes y del tamaño de una nuez de California, me esperaba a la puerta de casa. ¡Qué bien! -pensé yo- carnaza para mi Canon, pero en seguida me dejó claro cuáles eran sus intenciones. Fue como una pelea entre dos luchadores de sumo. Cada vez que le arrimaba el objetivo descargaba su peso de una pata a otra y giraba sin perder el frente de ese Polifemo que le acosaba sin descanso. Supongo que tanto él como yo no lo teníamos muy claro por lo que el combate quedó en tablas. Yo me retiré y él salió volando hacia la mimosa en flor del patio. Me doy por avisado.
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4 comentarios:
Un Polifemo con ojos de mosca
¿No te estaría cortejando?
Nuestro entomólogo favorito, tuvo que enfrentarse este fin de semana a un abejorrón gigante que le quería quitar la copa del aperitivo. Después de una feroz y encarnizada pelea, el malévolo abejorrón cerro la cajuela de su carro, encendio el motor y se perdió entre una nube de mimosas, dejando a nuestro héroe exáusto, pero feliz después de haber vuelto a vencer a los malos. (esto hay que leerlo con el sonsonete de la traducción portorriqueña de Hawaii Five-0)
Voy a empezar a mirarte con otros ojos.
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