
Extraterrestre. Es lo que me ha sugerido la cúpula del observatorio del Rectorado de la UV. Abducido por el alienígena la contemplo y pienso, no me queda nada: el ratito del lunes y me largo. Me alejo de todo esto que me rodea y de lo que intento abstraerme: los mismos perros pero con distintos collares e incluso algunos con el mismo collar. Sic transit gloria mundi.
Una buena amiga me recuerda que "La felicidad es una puerta que se abre hacia adentro".