miércoles, 6 de agosto de 2008

Gris y olía


Ni era sastre ni era de Panamá, pero no obstante este curioso personaje volvió, como todos los veranos, a enfundarse su terno azul desvaído, sus zapatos blancos y su sombrero panamá. Su única concesión a la modernidad son unos calcetines Reebok de hilo blanco. Por lo demás, el individuo en cuestión, podría haber salido del balneario de La Toja de principios del siglo pasado o de una tertulia estival del madrileño Café Pombo, salvando las distancias y los tertulianos. Puede que una golondrina no haga verano pero la llegada de este individuo con semejante atuendo siempre nos indica la llegada de la canícula estival.

3 comentarios:

Kai Försterling dijo...

Un clásico, si señor! Aunque lo de los calcetines me parece muy agresivo por su parte, cualquier día nos aparece en patines.

Biel Aliño dijo...

Es grisolia??

Ferran dijo...

Sssh! Biel, sin nombres ;)